Que todas las circunstancias de la vida, me hallen listo para el deber, amando lo que es verdadero, haciendo lo que es bueno, fiel a la Iglesia y leal a la Patria, Siempre Listo a perdonar, siempre pronto a socorrer, alegre y sonriente en el sufrir, casto y puro de corazón.
Estas son, Señor, las huellas de tus pasos; yo quiero seguirte a través de todo sin miedo y sin tacha, el alma fuerte y la frente levantada.
Esta es mi Promesa de Cristiano y de Explorador por mi honor no la traicionaré jamás, confiando, Señor, en tu bondad y en tu gracia y en el auxilio maternal de María. Amén.